11 de desembre 2007

Llarg conte. (Orujo)

Tampoco es tan difícil, primero una pierna y luego la otra. Después de treinta años ya debería estar acostumbrado. Eso pensé al pegarme el mayor cabezazo dado jamás por una persona contra una mesa de ordenador de metro veinte por metro veinte a las 12 del mediodía del domingo de autos.

Y creedme que lo primero que hice al levantarme fue buscar en el “Libro Guiness de los recórds” y efectivamente en el apartado de accidentes domésticos el record lo poseía un tal “Rott Flanders”.

- Mierda ni para esto soy el mejor!

Me repuse. Me dolía horrores la pierna izquierda. Al levantarme el pantalón vi el porqué. La rodilla hinchada y un dolor punzante en el gemelo.

- Mamaa! Tenemos algo para las rodillas hinchadaaas?

No hubo respuesta, que raro pensé.

Cojeando como un perro ya en las últimas caminé hasta el comedor y una nota me hizo desvanecerme de nuevo y un sudor frio me invadió.

- Nene nos emos io a casa los titos bendremo para cear, tiene en el micros poyo alás.

Y grite un “no!” como aquellos que había visto en las películas, cuando el protagonista perdía entre sus manos a la fantástica chica y llovía y el plano cenital lo encuadraba y llorando de rabia y pena gritaba al cielo toda su rabia.

- Y ahora que como yo?

Que iba a comer, nada. Me pasé la tarde sentado en el sofá viendo película tras película de serie B sobre fenómenos atmosféricos con ganas de destrozar la Tierra.

Y la pierna me mordía de dolor. Se me engarrotaba. Como las contracciones cada tres minutos se me subía el gemelo y un calambre me hacía saltar del sofá.

Mensajito al móvil.

- Eo kdmos n l park, stas b? Dsd la fiesta q no t veo.

Fiesta? Que fiesta? Que dice esta de una fiesta?

De todos era conocido mi poca memoria y si encima me lo decía mi chica podía ser un motivo de guerra mundial el no acordarme. Como aquella vez que me soltó los cinco dedos por responder un “debe ser tarde ya, si” a la pregunta “mañana podríamos pasar el día metidos en mi cama” aunque esa fue su versión. La cuestión es que estuve a dos velas tres semanas enteras.

Me preparé un café e intenté recordar algo.

- Fiesta….mmmm….ni idea macho.

Después de pensar 10 minutos en el que sólo me venían cosas malas para hacer con mi chica lo dejé por imposible.

Mentiré e intentaré hablar antes con Rober, pensé.

Me las vi canutas para ducharme y vestirme. Tenía la pierna izquierda como el brazo de un tenista, deformemente deforme.

En la puerta de casa el ritual de autoregistro de siempre, llaves moto, llaves casa, tabaco, mechero, costo, cartera, pasta…

Cojeando por el portal escuché reírse tras de mi al Sra. Martínez, la portera más dicharachera de mi barrio.

- Buenos días Sra. Martínez.

- Buenos días Niko, te encuentras ya recuperado?

- Eeemmm…si si claro. Nada que me ha dado una rampa bajando la escalera, ya sabe con las prisas por ver a la novia y tal…

- Ya..ya…pues nada, ten cuidado ahora con la moto no te vayas a enramparte la otra pierna.

- Gracias, buenos dias…

Vaya una tia gilipollas, pensé.

Nunca me había hecho mucha gracia la manía que tenia la Sra. Martínez en conocer a mis novias. Las miraba, repasaba yo diría que incluso las olía como si fuera una can.

Me quité el casco, los guantes y la chaqueta tan rápido como me los había puesto.

- Donde esta mi moto?

Estaba mi pitón, en el árbol de siempre, pero no estaba mi Vespa mi fiel compañera de conquistas femeninas. Yo en la intimidad la llamaba Ves.

No estaba mi moto pero atada en su lugar había un traspalet amarillo, muy parecido al que teníamos en el almacén para descargar los camiones. En las horas muertas y cuando no estaba el encargado lo utilizábamos para hacer carreras ilegales de transpalets, bastante perseguidas en nuestro polígono. El agosto pasado se había llevado la vida de dos ratas adultas que no había escuchado el ruido de las ruedas de acero macizo acercándose a ellas. Eran muchas muertes ya. Fue muy duro para los compañeros dejar apartado el transpalet, pero fue por una buena causa.

- Cojones…pero si este transpalet es nuestro?...adioos que ya la he liao otra vez.

Más tarde después de hablar con Rober y de pedirle mil disculpas a mi chica, incluso de rodillas, dejé el orujo. Esta vez para siempre.

Me explicaron que después de la cena de empresa y después de ventilarme dos botellas de anís del mono y dos de orujo les puse en bandeja a mis compañeros el “yackassearme” a su antojo. Con razón tenía la rodilla destrozada, que desgraciados!

Así fue como recorrí la distancia de 85km desde mi trabajo hasta casa. Así fue como hiendo con el transpalet a 60 por la AP-7 pase por el peaje con el Teletac que me había puesto mis ex-compañeros en el bolsillo de la camisa. Así fue como llegué a casa, me quite el casco y enganche el tranpalet con el pitón al árbol. Así fue como me vio llegar la Sra. Martínez a casa, el viernes antes de que despertara aquel domingo de autos dándome el mayor cabezazo que jamás una persona había conseguido darse contra una mesa de ordenador de metro veinte por metro veinte.

Hoy, limpio de todo resto de alcohol en sangre y felizmente casado no cambio mi transpalet “Green Tonga” por ninguna Vespa. Y ahora que estamos esperando un nuevo miembro en la familia vamos ha lanzar la casa por la ventana y comprar uno más grande, con más capacidad de carga y si la mujer me deja con techo eléctrico.

3 comentaris:

Princess Valium ha dit...

....jajajajajaja....ets un tonot, però m'encanta com escrius.
Petons

Anònim ha dit...

es tuyo, es buenniiisimo!! vete pensando seriamente en publicar algo.

Anònim ha dit...

Oleeeeeeeeeeeee i oleeeeeeee!
jijiji... quin riure !
gràcies per compartir !!!!!
noemí